sábado, 10 de septiembre de 2016

tratado sobre el Domingo

Con el domingo tenemos una relación digamos...tirante.
hay épocas en que finjo que es un día cualquiera para que no vaya a creer que me intimida.
Hubo sin embargo momentos en que lo único que me me animaba del domingo era cuando llegaban las ocho de la noche y saludaba victoriosa haber podido trascender con vida el famoso "domingo 19 hs".
A partir de las 20 horas festejaba  la distancia que se había abierto hacia ese cruel momento de introspección en que todo te lleva a concluir que nada tiene sentido. faltaba nuevamente una semana...

El problema del domingo tal vez no sea el domingo... y me animaría  a decir que  ni siquiera sea el lunes que se asoma con sus madrugones, obligaciones y vida cotidiana.
El tema que vuelve tullido y espantoso al domingo es su hermano sábado con sus falsas promesas de salvación, alegría, fiesta, y sexo desenfrenado.
El viernes saborea el sábado que se viene con todo, que está ahí coqueteando.
El domingo confirma que el sábado fue un fiasco. un gastadero de energía.
Entonces uno se siente traicionado y se la agarra con el pobre domingo que nada tiene que ver.
Es que hemos perdido el rumbo. La biblia dijo que es día de descansar, día del señor, de reafirmar la fe.
y ahí va el hombre o la mujer  a chocar su cabeza contra a pared resbelandose contra lo establecido, queriendo hacer del domingo la cola de la fiesta del sábado
la depresión sucumbe cuando caemos en la cuenta , siempre a las 19 hs, de que la vida no ha cambiado y en algunos casos ha empeorado. Que el sábado nos ha dejado una espantosa resaca. el hígado se declaró en huelga y no hay antidepresivos en la heladera.

Hoy me dije.. si es domingo a vivirlo como domingo desde la mañana. Pantuflas, ropa vieja, sin corpiño, todo colgando.
Basta de querer enmascarar el trabajo de la gravedad y el tiempo.
Hoy me toco un dia nublado, pesado y gris.

Avanzada  la tarde reconocí que habra que salir a ´buscar alguna provisión. Novata de mí.. debería haber calculado ese detalle.
La calle me ofreció un panorama absolutamente coherente con el clishé del domingo deprimente. Veredas húmedas con baldosas flojas, olores de aguas servidas y cacones de perro y algún que otro humanoide. Suciedad.

Descubrí que los chinos se toman sus dos horas de descanso semanal justo el domingo después del mediodía. Malditos chinos... ya ni siquiera hacen honor a su fama de adictos a la esclavitud!. Aunque creo que el chino de mi barrio no es chino sino coreano..pero no viene al caso
"vamos a por un bar!". me dije... "un desayuno dominguero puede hacer que me amigue con mis pantuflas y mi objetivo de vivir el domingo como debe ser".

Ningún bar abierto y las calles cada vez mas grises, mas olorosas, mas despiadadamente domingo.

No hay caso.
No hay manera de amigarse con el domingo!
Dónde está la gente? los gritos? los comercios? algo que me confirme que estamos vivos en esta mugre?
Lo peor de todo es que no es muy original suicidarse un domingo.

Subí a mi madriguera, me saqué el corpiño sin quitarme el buzo con manchas de tuco de años, con medias y todo me metí en la cama, o lo que quedaba de ella, y me dormí como todos los domingos esperando la tortura del lunes.
Caí en la cuenta entonces de que el domingo es ese día de renovar contrato con la vida. Seguís una semana más o decís " hasta acá llegó mi amor".
" de ninguna maneraaaaaaaaaa!!!
No pienso darme el lujo de ser tan vulgar!! tan previsible!! me dije.
Si he de decidir dar todo por terminado lo haré como un valiente: un viernes o un sábado por la noche! A la luz de las estrellas y si es posible con gente linda que me acompañe al grito de : " no lo hagas!!!".
Mañana mismo compro calzones nuevos! Uno nunca debe tener un accidente o mucho menos suicidarse con calzones que lo avergüencen .



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